¡¡Buenos días!! Me ha parecido oportuno comenzar esta entrada con un dicho chino que viene significando que cada uno hace lo que le da la gana, jeje. ¿A qué lo habíais pillado todos a la primera? Seguro...jaja.
Aprovechando que estábamos en la zona nos hemos pasado por el Templo de Confucio (el segundo en importancia de toda China) y ha sido decepcionante. Estaba todo en obras así que salvo un edificio central y la estatua de Confucio no había mucho más que ver. Supongo que para el año que viene lo dejarán impoluto.
Al salir del templo no perdimos oportunidad y nos montamos por fin, como buenos turistas, en los rickshaws (por supuesto, tras regatear como buenos chinos, juas juas). Ha sido un paseo de una hora por un Hutong de los alrededores donde, entre otras cosas, nos han enseñado la casa donde Mao vivió durante dos años. Por el camino también hemos podido disfrutar de la vista del Templo de la Campana y del Templo del Tambor, aunque no hemos llegado a entrar. Si
algún día podéis recorrer un Hutong en rickshaw, por favor, no dejéis de fijaros en lo primario de la estructura (sin frenos, sujeta con cuerdas, endeble,…). No alcanzo a entender cómo pueden mover a dos personas en semejante vehículo. Estos chinos no están delgados, no. Fijo que son pura fibra.

Ayer visitamos otro mercado de la ciudad (Yashow shichang), pero esta vez fue en Sanlitun (zona de salida occidental). Puede que sea porque están más acostumbrados a vivir (que no a ver) a occidentales o puede que simplemente tuvieran el día vago, el caso es que me encantó comprar allí. Eran muy amables y nada agobiantes así que, para un occidental, perfecto. Eso sí, cabezones como nadie. Tuve que sudar para regatear ¡hasta los céntimos! Pero bueno, logré hacerlo en chino así que, con la tontería,¡¡anda que no practiqué ni nada!! Jeje
Esta noche salgo para Datong así que ya os contaré a la vuelta qué tal. Mientras tanto, y para acabar, os diré que el otro día iba en el ascensor con una estudiante asiática y su familia y ¡¡la hermana pequeña se escondía de mi!! ¡Que le daba miedo! Qué triste ver esconderse a una renacuajo entre las faldas de su madre porque tu apariencia la asusta. Ahora que el resto de la familia se reía un montón, jeje. En fin. Y eso que la profe nos dijo el otro día que a los chinos les gustan mucho los extranjeros. No sé si creérmelo, puede que solo sea el discurso oficial… Por cierto que, cuando estamos en clase y hablamos de cosas como los inmigrantes chinos, los pobres o Taiwán, los profes ¡¡bajan la voz!! Qué fuerte, ni que hubiera micrófonos en el suelo o las paredes…
1 comentario:
hola morrito, ya sabes quien soy,despues lo comentamos, seguro; pero por lo que he leido veo que este finde ha sido muy bueno, y que has disfrutado con los sitios que has visitado, que envidia me das, en fin.......................
BESITOS....MUA...MUA................................................................................................................................................
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