martes, 9 de octubre de 2007

Belfast

Queridos todos:

¡Vaya fin de semana! Como os adelanté, estuve en Belfast el sábado y el domingo pasados y estuvo muy bien. La verdad es que la ciudad en sí no tiene gran cosa (salvo un tour del Titanic que se han sacado de la manga porque se construyó allí). Es pequeñita y manejable (a pie llegas a todos los lados) y, mientras te quedes en el centro, tiene pinta de ser bastante agradable. Pero claro, te tienes que ceñir al centro porque como te vayas a los barrios de conflicto… Os cuento.

Primero fuimos al barrio protestante (es decir, la zona unionista) y según pusimos el pie allí nos dimos cuenta de que la zona estaba profundamente herida (y deprimida). Las cosas, los edificios abandonados, las paredes y las ventanas rotas a pedradas, las miradas de la gente (escasísima en la calle),… Se percibe el conflicto en el ambiente. No te quiero contar nada cuando llegas a la zona de los murales. Este de la izquierda con la bandera británica y el escudo de la UDA (Ulster Defense Association) es el más suave que vimos. El más radical para mi fue uno de Oliver Cromwell (revolucionario inglés del s. XVI) que decía “no habrá paz en Irlanda hasta que los católicos sean aplastados” y que, de la impresión, ni siquiera fotografié. Sobre todo porque justo al lado había un par de niños jugando con su padre y no pude por menos que preguntarme cómo podían educar a sus hijos en el odio.

El barrio católico (es decir, republicano), aunque bastante más sutil en su discurso que el protestante y con un aspecto un poco menos dejado, tampoco se lleva mucho (este mural medio borrado de la izquierda dice “25 años de resistencia…¡y otros 25 más si hacen falta!”). Las casas se ven algo mejores pero las calles no se libran de papeles, botellas de plástico y envoltorios varios. Es extraño porque no es basura al uso sino una especie de suciedad que en cualquier otro punto del Reino Unido o Irlanda (en principio) no existe. La sensación que da este barrio es que sale adelante mientras que el otro sigue estancado en algún punto del pasado. Pero claro, todo esto es subjetivo. Por supuesto, si en la zona protestante predominan las banderas unionistas y británicas, en la zona católica abundan la simbología celta (esa especie de trébol que sale en Embrujadas, por ejemplo) y se recupera la lengua irlandesa.

Y todo esto teniendo en cuenta que, según el señor de mi casa, ya han quitado unos cuantos murales. No quiero imaginarme cómo serían esos que parece han borrado. Y bueno, menos aún quiero imaginarme lo que sería la zona hace veinte años… Un auténtico polvorín. Cierto es que nosotros solo nos adentramos un poco en los barrios y vimos unos cuantos de los muchos murales que existen, así que espero que los que me hayan quedado por ver sean pacíficos porque como sean todos del mismo tono… Tendrán que pasar generaciones antes de que todo esto se asiente y forme parte de la historia porque, de momento, mientras los niños sigan creciendo rodeados de las palabras “odio” y “venganza” pintadas en las paredes, me temo que la zona no tiene mucho futuro…

¡Mañana os sigo contando el resto del finde! Por cierto, ya están las primeras fotos colgadas en mi espacio web. ¡Espero que os gusten!

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